«Diseño y arquitectura de espacios de aprendizaje»
El diseño puede contribuir significativamente a formar el pensamiento crítico, a fortalecer el desarrollo personal y a forjar en cierto modo a la sociedad. Autores como Francisco Mora, doctor en neurociencia, exponen cómo, a partir de determinados estudios, se ha determinado que los espacios de aprendizaje con grandes ventanales, luz natural, lejos de fuentes de ruido y con pocos contrastes térmicos favorecen los procesos cognitivos. Mora también ha señalado que el cerebro necesita de la emoción para aprender.
«El cerebro necesita emocionarse para aprender». (Francisco Mora).
¿Cómo funciona el cerebro y su respuesta a los estímulos externos?
El sistema nervioso depende principalmente de las células llamadas neuronas, que tienen funciones diferentes en el bienestar del cuerpo. Desde temprana edad, los niños aprenden a través de los sentidos, que envían información sensorial al cerebro. Las neuronas comparten información entre sí, estableciendo conexiones que intervienen en la forma como pensamos, aprendemos y nos comportamos.
El aprendizaje y la memoria
Al aprender una nueva habilidad, se requiere de más concentración, pero, pasado un tiempo, esta actividad se realiza con más facilidad, ya que la conexión neuronal está establecida. En los niños, el cerebro es sumamente adaptable, pero, a medida que crecemos, el cerebro tiene más complejidad para crear nuevas redes neuronales.
Por ello es recomendable que todo ambiente de estudio permita diversas metodologías de formación, combinando la enseñanza tradicional, el aprendizaje activo y los últimos avances pedagógicos que tienen por objeto maximizar la eficacia del tiempo en las aulas.
¿Qué beneficios se derivan de conectar la arquitectura y la educación?
No tenemos que ser expertos para reconocer que hemos experimentado o conocemos los beneficios de un lugar bien diseñado, con óptimas condiciones de iluminación, color, ventilación y tecnología. Si tomamos en cuenta que los estudiantes pasan más de 40 horas semanales en los colegios y universidades, podemos entender la necesidad de crear espacios más idóneos para su aprendizaje.
«Pero ¿quién dice que se aprende mejor sentados en una silla?». (Rosana Bosch).
Cuando descubrimos que el estado emocional y los estímulos de nuestro alrededor influyen en nuestra capacidad de aprender, entendemos que la arquitectura amplía las posibilidades para innovar en el sistema educativo. Los beneficios de crear espacios adecuados varían según los elementos que se incorporen. Algunos de ellos son los siguientes:
- mayor concentración y retención;
- nuevas interacciones;
- más creatividad;
- aumento de motivación;
- reducción del estrés y la ansiedad;
- mejor comunicación.
En un estudio realizado en el 2015 por la Universidad de Salford se descubrió que la naturaleza beneficia la plasticidad mental. Además, los elementos que permiten la comodidad física de los individuos tienen un impacto significativo en el aprendizaje. En su mayoría, el sistema educativo y su expresión espacial no se han transformado significativamente en los últimos cien años.
La adaptabilidad y la flexibilidad espacial son primordiales para los ambientes educativos contemporáneos, ya que necesitan mantenerse actualizados con los cambios sociales, facilitando la implementación de diversos enfoques de enseñanza a lo largo de su vida útil. También, un ambiente de este tipo promueve el orden espontáneo para experimentar un espacio sin rigidez, promoviendo la autonomía y la responsabilidad.
El acceso a la información, así como la innovación paulatina de los métodos de enseñanza, abren diversas oportunidades para que las instituciones educativas apliquen mejores estrategias de aprendizaje, vinculadas con la arquitectura y el diseño.
Fuentes
youtube.com/watch?v=mfCa5N42tBE
El diseño de espacios de aprendizaje: la arquitectura como herramienta de enseñanza | ArchDaily
hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/anatomy-of-the-brain
youtube.com/watch?v=7cUmBZ8wK7Q
papiro.unizar.es/ojs/index.php/zarch/article/view/3544
educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francisco-mora-el-cerebro-solo-aprende-si-hay-emocion/
Mora, Francisco. Neuroeducación: Solo se puede aprender aquello que se ama. Madrid: Alianza Editorial, 2017.
